YA NO HAY AMOR

La noticia devastó y llenó de horror e indignación a todos cuantos la oyeron: Una mujer, impulsada por no se sabe qué, en medio de una discusión con su pareja, arrojó a su pequeña hija, de tan sólo seis meses de nacida, desde lo alto del puente por el que paseaba.

Pero, ¿qué poder mueve a alguien, para que, sin pensarlo, ponga fin a la vida de una inocente criatura salida de sus entrañas?. La respuesta a estas y otras tragedia humanas no es otra: El amor verdadero ya no existe.

Pareciera como si el lado oscuro de la fuerza (al estilo Star Wars), nos despojase de todo raciocinio, del amor al prójimo y de las buenas costumbres. Cual secuaces de Darth Vader, los políticos juegan con las esperanzas de los más pobres; Los acaparadores y especuladores sofocan inmisericordes la maltrecha economía de los de abajo, aquellos mismos que impotentes deben soportar impotentes, que los delincuentes actúen como Pedro por su casa, sin que nunca aparezca Luke Skywalker para defenderlos.

Peor, atestiguamos una generación envuelta en sus individualidades, ignorante de la cortesía y los buenos modales, atinando solo a buscar lo suyo, y sin darse cuenta dando cumplimiento a los vaticinios de Jesús en Mateo 24:12 cuando dijo: "En los últimos días, por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará".

Por una razón u otra, nos hemos descarriado y dado la espalda al amor, o lo que es igual, a Dios. Pero aun no todo esta perdido, aun hay esperanza. Podemos hacer que el amor genuíno florezca nueva vez en nuestro entorno. Y la mejor noticia es, que la ayuda que precisamos, no nos costará un ojo, ni vendrá de Kriptón o de Ciudad Gótica.

El ayudador está a nuestro alcance, al mejor precio: ¡GRATIS! El ya pagó con su sangre. Por lo tanto, bastará con ponernos en las manos del manso Rabí de Galilea, El nos enseñará a caminar en justicia. Como El anduvo.

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